Concierto: Sebastian Bach. 10 de Julio de 2007
Nuevamente volvía el cantante con nombre de compositor clásico a descargar en nuestra ciudad.
El que fuera la voz de los añorados SKID ROW (especialmente de aquellos 2 fantásticos discos que fueron “Skid Row” y “Slave to the grind”), amargamente despedido a mediados de los noventa, ha ido construyendo una carrera con altibajos que, a pesar de todo muestra mayor atractivo de la que presenta su antiguo grupo.
Puesto en gira cuando todavía no se ha puesto oficialmente a la venta su disco “Angel Down”, su concierto venía precedido de un inmenso éxito en Australia, con varias noches agotando las entradas, de forma que el espectáculo que pensábamos íbamos a ver prometía y mucho.
Horas antes de la apertura de la Sala Macumba ya podíamos ver en sus inmediaciones a algunos Hard Rockeros, con imagen acorde a esa mezcla de glam y macarrería que siempre ha tenido a gala el cantante americano. Pero a decir verdad la asistencia iba a ser mucho menor de lo esperada.
Puede tener que ver con ello la cantidad de conciertos en estas semanas, las fechas, o tal vez que BACH ya no tiene la tirada de hace algunos años. Como quiera que fuere, a partir de las nueve de la noche la Macumba ya registraba la media entrada de asistentes que a la postre iban a seguir un concierto extraño y que acabaría por defraudar a muchos.
La hora de espera se hizo casi interminable con unos intentos de ecualización que poco servirían para hacer que el sonido fuera mínimamente de calidad. Y es que nadie entendía bien por qué no había un grupo que actuase como invitado. Algunos incluso quisieron ver en ello un presunto interés de SEBASTIAN por tocar más tiempo, algo que desde luego no iba a cumplirse.
Pasando pocos minutos de las diez de la noche, por fin sonaban los acordes de “Slave to the grind” y el rubio cantante aparecía en el escenario con un punto de aceleración excesivo. De acuerdo que SEBASTIAN BACH siempre fue vehemente en sus actitudes y formas escénicas, pero la forma de arrancar, a grito pelado, haciendo volar su micro sobre la cabeza de los asistentes y haciendo headbanging como un descosido hacían presagiar que no duraría mucho semejante vitalidad.
“Big guns” y “Here i am” sonaron a continuación con una masa sónica que torturaba los oídos. Definitivamente la hora de preparación no había servido para lograr que la banda no convirtiera la música en una bola casi inteligible. Indudablemente la voz de BACH es gritona, muy agresiva, pero tampoco cabe duda de que pone el corazón en la actuación, aunque pueda criticársele por lo sobreactuado que parece en algunas ocasiones.
De la banda que le acompaña es digno destacar a “Metal” Mike Chlasciak, feroz guitarrista que ha colaborado con Testament y con Halford y que no paró de demostrar actitud y buen hacer durante todo el concierto. Johnny Chromatic, el segundo guitarra de imagen cuasi gótica,quedó mucho más oculto en el embrollo del sonido, del que sí que destacaron el bajo de Rob DeLuca, perfecto durante toda la actuación y Jason West en una batería poco acertada, tal vez por el escaso tiempo que lleva en el grupo.
En Madrid lograría hacer algo que al parecer no consiguió en Barcelona, subir al escenario a una chica para que bailase a los acordes de “Piece of Me” sobre la tarima de la batería. Tal vez resultó demasiado calculado, e incluso alguno llegó a pensar que todo estaba preparado, pero en cualquier caso tampoco aportó gran cosa a una interpretación enormemente agresiva del tema. Y de ahí a “18 and live” en lo que sería tal vez la peor de las versiones de la noche. Abuso excesivo de efectos en su voz y una parte intermedia que hacía el tema casi irreconocible.
Un par de temas más y tras “I remember you” esta vez mucho más atinada y una correcta interpretación de “Youth gonna wild” el concierto llegaba a su final.
Apenas hora y cuarto, a la que habría que quitar los parones entre temas y la espera para el bis, son muy poco tiempo cuando un concierto cuesta 28 € y se es el único artista. Es posible que SEBASTIAN BACH ya no esté para soportar actuaciones más largas, pero la sensación de haber asistido a un pequeño fraude acompañó a muchos de los asistentes a la salida de Macumba.
Sí, habíamos visto al bello macarra hacer de las suyas, pero de forma muy fugaz, posiblemente como lo fue su carrera de auténtica estrella del Hard Rock. (Texto: Fernando Checa. Fotos, Héctor Checa. www.solo-rock.com)
Etiquetas: Conciertos
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2 Comments:
¡¡Que bueno, por fin le recordé!! Le había visto en algunos capitulos de Las Chicas Gilmore, me sonaba mazo y no le encajaba y resulta que era el propio Sebastian haciendo de guitarrista rockero talludito, vamos, como esta el colega...
Jajajaja, ya te veo, ya... mira en lo que te fijas!!!
Besos!
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