Crónica del Metalway. Primera Parte
MetalWay Festival contaba con la dudosa “buena idea” de ofrecer cinco días de conciertos repartidos a lo largo de dos fines de semana consecutivos. El primero de ellos, 19, 20 y 21 de junio, coincidente en el tiempo con el Festival Kobetasonik, que obligaba a decidir ante una encrucijada: ver a MÖTLEY CRÜE en Bilbao o disfrutar la vuelta de BARÓN ROJO en Zaragoza (en el recinto de Valdespartera) con su formación original. Difícil decisión que sin duda acabó lastrando en número de asistentes a ambos eventos. Ójala algún día dejemos de asistir a este tipo de situaciones que no hacen nada bueno por los fans o incluso por los propios miembros de la industria… pero aparte de esto vamos a centrarnos en contaros lo que vivimos en el festival.
Al tratarse de viernes, fue imposible llegar a Zaragoza a tiempo para ver las primeras actuaciones del día de presentación, así que tenemos que comenzar con OBÚS (pese a que sobre todo ANGELUS APATRIDA y BULLET dieron grandes conciertos). Están en una fantástica forma en los últimos tiempos, pese a que se siga haciendo raro verles en escena sin Juan Luis Serrano y Fernando Sánchez, bajista y batería clásicos de la banda. De todos modos, los protagonistas en los conciertos de los vallecanos son Paco Laguna y un Fortu, más comedido que otras veces a nivel de “espectáculo”, pero que cantó realmente bien, demostrando que sigue siendo uno de nuestros mejores vocalistas y “showmen”. Me sorprendió que hubo mucha gente viendo a OBÚS y algo menos después viendo a ANGELES DEL INFIERNO, pero bueno, el caso es que durante unos 70 minutos pudimos disfrutar de una fantástica “dosis de heavy metal”, con una banda que sigue 100% fiel a un sonido, estética y forma de entender su música (después de los coqueteos más actuales y pesados de principios de 2000 cuando se reunieron y editaron “Desde el fondo del abismo”). Desde los primeros temas que no pueden fallar como “Cállate”, “Pesadilla nuclear”, “Dinero, dinero”, “El que más” o “Sólo lo hago en mi moto”, hasta el fin de fiesta como “Vamos muy bien” o los bises como la gran “Que te jodan” o “Va a estallar el Obús”, una actuación más que correcta que nos dejó con muchas, muchas ganas de fiesta y buen heavy rock hasta el amanecer.
Y sí había ganas de disfrutar con OBÚS ni os cuento con ANGELES DEL INFIERNO, otra de las bandas más grandes de nuestra historia (evidentemente el triplete lo iban a rematar de lujo los “emperadores” del triunvirato el sábado... pero eso os lo contamos más adelante) y que obviamente había muchas ganas de ver ya que no es tan fácil o habitual disfrutar en España a los de Donosti. Además, el año pasado me/nos habían dejado bastante mal sabor de boca en su esperada actuación en el Leyendas del Rock en Agosto, y creo que todos teníamos ganas de redimirnos de aquella mala noche... pero lamentablemente no fue así y de nuevo hubo que constatar que ANGELES ya no están al nivel que su nombre merece y es que es duro reconocerlo pero no siempre se puede hablar bien de los grupos que más te gustan por mucho cariño que se les tenga. Está claro que los años no pasan en balde, pero Juan Gallardo empieza a llevarlo verdaderamente mal y esto afecta mucho al grupo, por supuesto.
Pese a todo, la intención era pasarlo bien e intentar disfrutar de más de una hora de superclásicos y de repaso a sus cinco primeros discos. Hubo buenos momentos como “Hoy por ti mañana por mí”, “Rocker” (de lo mejor de la noche y uno de los temas donde Gallardo volvió por sus fueros), la hardroquera y divertida “Nada que perder” o los momentos emotivos de las dos baladas, “Pensando en ti” y “Si tú no estás aquí” (que siempre emocionan), además de la tralla de “Donde estabas tú”. Por el contrario, fue duro escuchar algunos superclásicos como “Sombras en la oscuridad”, “Héroes del poder” o “Morirán con las botas puestas” como sucedáneos de los temas originales, sonando graves, sin chispa y sobre todo sin la voz suprema que los hizo inmortales. Al final del show fue mejorando algo la cosa, especialmente gracias a dos temas que no pueden fallar en directo como son “A cara y cruz” y la ultrapegadiza “666” Con la velocidad de “Fuera de la ley” se cerraba la primera parte del concierto”, antes de rematar con los dos grandes clásicos de la banda como son “Al otro lado del silencio”, que es imposible que no te emocione en directo, y por supuesto “Maldito sea tu nombre”, que todos coreamos pero sabiendo que era imposible oír los agudos inmortales que lo hicieron famoso.
Lo pasamos bien, vale, estábamos en una fiesta y quizás no se puede ser tan exigente como lo seríamos en un concierto en el que hubiéramos pagado exclusivamente para ver a la banda, pero a estas alturas no creo que sea suficiente para aprobar sin más la actuación de ÁNGELES en el Mëtal Wäy.
Y después de la decepción de ANGELES DEL INFIERNO, era el momento de disfrutar de una entretenida hora de versiones de AC/DC de la mano de la banda que ha montado el ex guitarrista de la BON SCOTT BAND, Tite, y que homenajean especialmente la época de Bon Scott basando su repertorio en los discos de esta época. Como ya hacía en su ex banda, Tite aparece vestido totalmente como Angus y el resto de la banda sigue de alguna manera el rol de los originales, con guitarra rítmico y bajista más parados detrás, el batería sencillo pero potente y efectivo (muy bueno Carles Badal, sí señor), y luego los dos protagonistas, “Angus” y “Bon” en primera línea sin parar ni un segundo de moverse. Destacar a un cantante fantástico, Frank Hinojosa, melenudo y con una voz impresionante y una energía contagiosa, además de la calidad en sí de la banda, que clavan a los “australianos”, aunque tengo que decir que aún les falta ese último punto de chispa que sí han conseguido THE BON SCOTT BAND después de muchos años. Tras esto, muchos enfilaron a la carpa Discometal que estuvo funcionando de maravilla hasta altas horas de la madrugada, algún último repaso al mercadillo (a ver si aún quedaba algo de manga larga) o directamente a la cama/tienda para reponer fuerzas que el día siguiente venía cargadito y empezaba pronto.
Tras la actuación de los madrileños SABATAN, que hicieron un buen trabajo pese a tocar poco más de media hora y ante no demasiado gente, era el momento de disfrutar de la primera actuación "grande" del día, y es que un grupo como AXXIS es de obligada asistencia para cualquiera que le gusta divertirse en una actuación festivalera. Por si alguno no los conoce, decir que estamos ante una de las mejores formaciones de hard/heavy melódico que han salido de Alemania y que, con más de 20 años de historia siguen pariendo discos excelentes y cumpliendo más que de sobra en directo. Además, cuentan con alguien como Bernhard Weiss, un excelente cantante y que como frontman no tiene precio, haciéndonos reír continuamente con sus simpáticas ocurrencias y buen rollo, dando forma a una hora de concierto que, pese a lo temprano que era (comenzaron a las 12:30) y el calor que pegaba fuerte entonces (pero con viento, claro), lograron aunar una buena cantidad de público y tuvieron una acogida fantástica desde el principio hasta el final de su hora de show, (destacando clásicos como “Little war”, “Kingdom of the night”, “Little look back” con alguna píldora de su ya penúltimo trabajo, “Doom of destiny”) convirtiéndose directamente en unos de los triunfadores del día sin duda.
Después de una extraña actuación de unos SAMAEL en permanente retro/autoevolución, entrábamos de nuevo en el recinto (que hasta los periolistos del metal comen) a poco de comenzar la actuación de los legendarios thrashers SODOM, y casi volando por el inmenso viento frío que ya empezaba a hacer estragos, pero eso no fue óbice para que cuajaran un concierto correcto, ante no demasiada gente, que todavía estaba ubicándose y que disfrutó de temas como “City of God”, “The saw is the law” o una versión estupenda de “Agent Orange” para cerrar con su clasicazo “Bombenhagel”, que fue un puro cañón. Unos minutos después de SODOM era momento de ver a Duff McKaggan´s Loaded, el proyecto del que fuera bajista de GN´R y actualmente en VELVET REVOLVER. Presentaron su disco “Sick” ante un público que inicialmente fue algo más numeroso que con Sodom, pero que a los pocos temas decidió que entre resguardarse del sol y el viento o la propuesta de Duff, sin brillo, con no demasiado buen sonido y poco conocida, la primera alternativa era la más interesante. La actuación trató de subir algo de nivel con versiones conocidas de IGGY POP y el recuerdo a AC/DC y JUDAS RIEST a modo de medley en un concierto que se hundía irremediablemente. Al final con Duff ya al bajo hubo el recuerdo a su ex banda con “Welcome to the Jungle”, la intro de “Paradise City” y “It´s so easy” en un intento de levantar un concierto que cada vez tenía menos asistentes. Ni aun así lo consiguieron, resultando uno de los shows más flojos del festival.
Uno de los platos fuertes del primer día venía a continuación. La reunión de RIOT, de la época de “Thundersteel” (86) era muy esperada y desde el primer momento se vio que Mark Reale y sus chicos atraían a un buen número de los asistentes que ya estaban en el recinto de Valdespartera. Con Tony Moore brillando a gran nivel en las voces y un salvaje Bobby Jarzombek aporreando su batería (impresionante), asistimos a un concierto de Heavy Metal clásico y sin concesiones. Por supuesto “Thundersteel” fue coreada con ganas por los asistentes al final del show, y antes “Metal soldiers” o “Flight of the warrior” demostró como los grandes grupos merecen regresar una y otra vez, pese a que RIOT no hayan sido especialmente populares en nuestro país. “Swords and tequila” llevó el baile de cabezas y puños a todo lo alto y el cierre a cargo del clásico “Warrior” hizo que todos asintiéramos mirándonos y conscientes de que habíamos visto un concierto excelente.
Los más heavys habíamos disfrutado de un clásico pero no menos lo son EUROPE, aunque en la rama más hardroquera. Lástima que el sonido les jugase una mala pasada (que les hizo empezar tarde y por tanto tener que recortar el set) y que, obligadoso por el viento, hubiera momentos en los que todos los matices acabaran perdidos en un ruido infame. Arrancaron con la nueva “Last look at Eden” aunque todo el mundo quería saltar con los clásicos, que no tardaron: “Superstitious”, “Rock the night”, “Cherokee” y por supuesto “The final countdown, para cerrar, aunque la primera parte del concierto estuvo basada en su actual etapa con temas como “Love is not the enemy” o “Always the pretenders”. Concierto irregular en una actuación que para muchos estuvo centrada demasiado en temas de la última etapa, dejando en el tintero algunos de los clásicos que les encumbraron a finales de los ochenta.
Llegaba el momento de ver de nuevo a otros clásicos de los festivales españoles: W.A.S.P., la banda de Blackie Lawless que sigue siendo un frontman inmenso (en todas sus acepciones) y que hace disfrutar al público desde el primer momento: ochenteno, provocador, “posturitas”, y con una voz que todavía se mantiene en registros aceptables. W.A.S.P. se centraron en su repertorio más clásico: “Wild child”, “Love Machine”, “The idol”, “I wanna be somebody” o “Blind in Texas” son una muestra de las canciones que pudimos cantar mirando embobados la sierra incrustada en la guitarra de Doug Blair o como Mike Duda no paró de moverse por el escenario pese a llevar una aparatosa rodillera que mostraba una lesión que no le impidió darlo todo. El sonido habría podido ser mejorable pero brillaron a gran nivel, como es habitual, dando uno de los conciertos del sábado sin duda. Que vuelvan siempre que quieran…
Empezábamos a estar cansados tras la paliza del viaje, el frío, el molesto viento y las horas de conciertos y esto no ayudó a que la actuación de BLIND GUARDIAN nos pareciera de lo más débil del Festival. Los alemanes nunca han sido un grupo especialmente divertido encima del escenario, se mantienen estáticos y Hansi (ahora con el pelo corto) no sobresale por su movilidad, pero en esta ocasión me llegaron a resultar bastante soporíferos. “This will end” no me parece un tema que tenga el “punch” para arrancar un concierto ni tampoco “Fly” es de sus canciones más añoradas. Algo mejor fue la interpretación de “Valhalla”, que no obstante sonó mucho menos agresiva de aquellos años atrás, o “Another holy war”. “The quest from Tanelorn” se hizo larga y aburrida y cuando llegó el momento final de “Mirror, Mirror” la cantidad de asistentes había bajado hasta niveles bajísimos. Concierto muy flojo y a olvidar de los germanos, que ni tan siquiera tocaron la famosa “The bard´s song” por falta de tiempo, con la que siempre han sido capaces de levantar hasta la peor de sus actuaciones.
El viento zaragozano, ese cierzo de pesadilla, nos trajo a continuación a unos brutales CHILDREN OF BODOM, que iban a conseguir de forma casi mágica que olvidáramos nuestro cansancio y el frío. Desde el primer minuto hasta el último, la ración de tralla interpretada con un gusto exquisito (si obviamos los decenas de “fucks” repetidos una y otra vez por Alexi Laiho e intercalados con esputos hacia cualquier parte del escenario), dura y sin contemplaciones. Una lástima que el viento se llevara parte de las melodías de los teclados de Janne Wirman, parte clave para entender el sonido de COB. “Hate me”, “Living dead beat”, “In your face”, “Blooddrunk”…, pura dinamita para los sentidos que atronó lo suficiente el recinto como para que los menos convencidos les prestaran la atención que se merecen. Cerrarían su concierto con “Hate crew deathroll” dejándonos absolutamente machacados y cuajando un aquelarre sonoro excepcional.
Más de once horas después, ateridos de frío y reventados de cansancio nos preparábamos para ver el concierto más esperado: la reunión de BARÓN ROJO, la mejor banda de Rock que ha dado nuestro país, por fin juntos en un momento que prometía ser histórico. Que lo fue por muchas razones, aunque sólo fuera por poder disfrutar de nuevo a los cuatro Barones sobre un escenario, en un concierto de dos horas y media, que fue cortado en tiempo incluso y que podría haber sido antológico de haber respetado la climatología y ser algo más temprano. Por desgracia los dos factores llevaron a que poco a poco la asistencia fuera mucho, muchísimo menor de lo que a todos nos hubiera gustado, y el concierto quedó en mucho menos de lo que tenía que haber sido. El propio Sherpa reconocería pocos días después que fue un suplicio cantar con las condiciones climáticas que sufrimos en Zaragoza.
No cabe duda de que había algo de morbo por ver a los hermanos De Castro compartiendo escenario con Sherpa, pero todo discurrió de forma cordial (incluso muy cordial entre sobre todo Armando y Sherpa). Con el bajista situado en la parte derecha y Armando en el centro, Carlos y Sherpa se turnaron en las voces durante varios temas. Sigo pensando que Carlos lo intenta con todo el pundonor del mundo, pero hubiera preferido escuchar “Tierra de vándalos” tocada tras el arranque de “Concierto para ellos” por la voz de Sherpa (en una forma vocal mucho mejor que la del aguerrido guitarrista). Sonaron tantos y tantos clásicos que es difícil pensar alguna de las grandes que quedara fuera: “Resistiré”, “Con las botas sucias”, “Cuerdas de acero”, “Las flores del mal”, “Breakthoven”, “El malo”, “Herencia letal”… la historia viva del Heavy Metal cantado en el idioma de Cervantes frente a nosotros. También, por fin pudimos ver a Carolina Cortés, la Baronesa (compañera de Sherpa) que siempre estuvo en la sombra y que escribió algunas de las mejores letras del grupo y al menos pudimos disfrutar de un concierto que todos esperamos que se repita, en un entorno más apropiado, para volver a reivindicar a BARÓN como ellos se merecen. Eran casi las cinco de la mañana cuando acababa la primera jornada oficial de un festival que sería recordado largo tiempo por el dichoso viento helado que nos azotó de forma inmisericorde y era momento de retirarse “a la piltra” con la imagen nostálgica de BARÓN ROJO en nuestras retinas.
Texto: Fernando Checa, David Esquitino y Patricia Eguía
Fotos: David Esquitino
Etiquetas: Conciertos
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