Crítica. Dawn of Tears. Black chamber litanies
Los blackmetaleros nacionales están de vuelta, y muchos de los que se quedaron (nos quedamos) perplejos con la calidad y la inspiración de este grupo madrileño les estábamos esperando. “Descent” les dio un puesto importante en Europa como nueva banda a tener en cuenta en la escena extrema gracias a la nominación en los Metal Storm Awards de 2007 como mejor disco Melo-Death del año, o la incursión de algún tema del disco en distintas compilaciones extremas.
“Dark Chamber Litanies”, es un EP, continuación de este fantástico debut, “Descent”, que nos muestra la propuesta de la banda de Black-Death melódico en la actualidad. Y la palabra “continuidad” para bien o para mal es lo que define este nuevo trabajo. Si “Descent” dejaba sentadas las bases del sonido y la estética de la banda (corte oscuro con un gran abanico de influencias Melo-Death, aprovechadas de forma genial y virtuosa) “Black Chamber Litanies” no muestra nada nuevo, ni falta que hace. Pero todo queda justificado después de escuchar los cinco temazos que se recogen es esta obra.
“Cadent Beating” abre el trabajo con un comienzo al más puro Dani Elfman. Primeros compases orquestales absolutamente góticos que dejan paso rápidamente a toda la sección rítmica que muestra las señas de identidad de la banda: rapidez, técnica, oscuridad y fiereza a partes iguales. “Since they are gone” comienza con un bello fraseo de piano que continúa Trebol de forma genial con su constante guitarra solista. Tema melódico y sostenido donde la amargura vence a la fiereza, representada por la brutal y versátil voz de J. Alonso. Poderoso y melódico, en uno de los temas más brillantes del disco. Con “Winds Of Dispair” la velocidad y las melodías aceleradas vuelven a reinar en este paraje death tan propio que dibujan los madrileños. Rabia desatada, dirigida por un fantástico y preciso Jesús a la batería, músico que, por cierto, ha abandonado la banda por motivos personales. “As My Autumn Whiters” nos devuelven a los DAWN OF TEARS más épicos y densos, con ese ritmo épico que tan cansino se hace a veces. Tema correcto, pero es un poco flojo, en comparación con la avalancha de brutalidad, sentimiento y melodía que han desatado en los anteriores cortes. “Mr Harrod” funciona muy bien como cierre circular de este fantástico EP. En pocos minutos se repiten y funden, de nuevo, las señas de identidad que definen a DAWN: Fuerza, melodía y un gusto exquisito en absorber y redefinir tendencias que van desde las bandas sonoras orquestales, pasando por el gótico, doom, Death melódico y Black metal. Todo eso, y mucho más, son DAWN OF TEARS, excelente. (Javier Paredes)
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