Crónica de ÑU en las fiestas de Canillejas
ÑU-Sábado 6 de septiembre - fiestas
de Canillejas (Auditorio Parque de Canillejas)
¡Qué gran ocasión para ver a ÑU
se dio el sábado 6 de Septiembre en el auditorio Parque Canillejas dentro del
programa de las fiestas del barrio!
En un concierto de José Carlos Molina y los suyos siempre hay lugar para la sorpresa, y en este caso mientras los pipas preparaban el escenario llamaba mi atención la ausencia del órgano Hammond de Peter Mayr (FREE TO DREAM, PETER MAYR PROJECT o PERFECT STRANGERS, el tributo austriaco a DEEP PURPLE), de lo cuál se podía deducir, que esa noche ÑU se presentaría como cuarteto. Así fue, y terminó encargándose el propio Molina de tocar el teclado en los pasajes que así lo requerían. Con esta formación era inevitable retrotraerse por ejemplo al sonido algo más rockero y menos sinfónico de la época de “La danza de las mil tierras”, cuando Carlos Kakutani se ocupaba de las guitarras, así que vino muy a cuento que abrieran con “Animales sueltos” de ese mismo disco ya disfrutando de un sonido nítido que permitía distinguir a la perfección todos los instrumentos desde el inicio del show.
En un concierto de José Carlos Molina y los suyos siempre hay lugar para la sorpresa, y en este caso mientras los pipas preparaban el escenario llamaba mi atención la ausencia del órgano Hammond de Peter Mayr (FREE TO DREAM, PETER MAYR PROJECT o PERFECT STRANGERS, el tributo austriaco a DEEP PURPLE), de lo cuál se podía deducir, que esa noche ÑU se presentaría como cuarteto. Así fue, y terminó encargándose el propio Molina de tocar el teclado en los pasajes que así lo requerían. Con esta formación era inevitable retrotraerse por ejemplo al sonido algo más rockero y menos sinfónico de la época de “La danza de las mil tierras”, cuando Carlos Kakutani se ocupaba de las guitarras, así que vino muy a cuento que abrieran con “Animales sueltos” de ese mismo disco ya disfrutando de un sonido nítido que permitía distinguir a la perfección todos los instrumentos desde el inicio del show.
A pesar de ser un álbum mítico, enseguida “Entre la inmensa bruma del
castillo” escuchamos “No hay
ningún loco” que ya metió a todos los posibles despistados y a los que sólo
conocen los temas de los 80 a tope en el concierto al dar comienzo el recorrido
por la época más popular de la banda desde “Fuego” a “Imperio de paletos”. No
sé si ni siquiera las bandas rockeras más populares de nuestro país tienen un repertorio que pueda
igualarse al de ÑU cuando se ponen a tocar éxitos. Sonaron seguidas:
“Manicomio”, “Tocaba correr” en formato acústico al principio para luego incorporar
el resto de instrumentos, “La bailarina” con gran participación del público en
los coros, “El golfo de la guerra” y “Ella” con Molina con el teclado colgado.
Se emociona uno sólo de pensar en todos los sentimientos que despiertan con la
música de esas canciones; desde los más románticos a los más chulescos y por
supuesto la ocasional macarrería bien entendida de los textos de gran parte de
las mejores letras que se han escrito en nuestro país.
Ñu - Fiestas de Canillejas (Madrid) on PhotoPeach
Ñu - Fiestas de Canillejas (Madrid) on PhotoPeach
Se relajaría el ritmo con la
instrumental “De fiesta”, la canción que además da cabida a los guiños a DEEP
PURPLE, etc..., que habitualmente hace el grupo, pero sería la calma que precede a
la tempestad porque después sonarían dos de las canciones más duras y heavy
metal de ÑU: estamos hablando de “El hombre de Fuego” y de la propia “Fuego” que
daba nombre al disco que las contenía y en el que la marca de Jero (SARATOGA,
SANTA, SANTELMO, PANZER…) a la guitarra se hacía patente allá por 1983. En estudio, en este LP Molina
hizo uso de sus registros más altos, y aunque mantiene sus tonos medios (ya bastante
agudos de por sí) intactos, hoy no puede igualar lo registrado 30 años
atrás como es normal ¿Es esto un problema para defender los temas en directo?
Pues si se adaptan con gusto las melodías vocales y se quita alguno de los
tonos en octavas más altas, no. Es más, no creo que nadie quedara descontento
con las adaptaciones, y cambios que por un lado demuestran el trabajo en los
ensayos y, por otro, nos permiten seguir disfrutando de los temas más
legendarios sin tener que sufrir esas bajadas de tempo y octavas vergonzosas
que dejan las canciones casi irreconocibles y sin chispa.
Una Jiga irlandesa daría un poco
de descanso a la voz de José Carlos Molina (bien ganado, aparte de cantar bien,
el omnipresente trabajo de flauta en todas las canciones también desgasta) y
tras “Viejos himnos para nuevos guerreros” una serie de solos de guitarra, bajo y batería
servirían de calentamiento para “Más duro que nunca”.
Molina es mucho Molina, pero en este concierto brillaron también Bumper a la batería, Luís Romero a la guitarra y Ramón Álvarez al bajo, tanto en sus partes de lucimiento personal en los solos como haciendo suyos temas de tantas épocas en las que músicos de habilidades y estilos tan variados dejaron su impronta a lo largo de la historia de la banda. La gente pidió más y ÑU ofreció más: “El tren” y “El flautista”, único guiño a “A golpe de látigo”, con el que finalizaron el concierto. Final previsible pero también inevitable, aunque se echan de menos aquellos finales con “Una copa para un viejo amigo”, los repertorios con “La galería”, etc, pero tampoco van a hacer un concierto de 10 horas para contentar a todos los seguidores que, felices, abandonaron el auditorio con una sonrisa en los labios sabedores de haber disfrutado de una gran noche de una de nuestras bandas más queridas, importantes y longevas.
Molina es mucho Molina, pero en este concierto brillaron también Bumper a la batería, Luís Romero a la guitarra y Ramón Álvarez al bajo, tanto en sus partes de lucimiento personal en los solos como haciendo suyos temas de tantas épocas en las que músicos de habilidades y estilos tan variados dejaron su impronta a lo largo de la historia de la banda. La gente pidió más y ÑU ofreció más: “El tren” y “El flautista”, único guiño a “A golpe de látigo”, con el que finalizaron el concierto. Final previsible pero también inevitable, aunque se echan de menos aquellos finales con “Una copa para un viejo amigo”, los repertorios con “La galería”, etc, pero tampoco van a hacer un concierto de 10 horas para contentar a todos los seguidores que, felices, abandonaron el auditorio con una sonrisa en los labios sabedores de haber disfrutado de una gran noche de una de nuestras bandas más queridas, importantes y longevas.
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