Crónica de SAINT VITUS + ORANGE GOBLIN en Madrid
SAINT VITUS y ORANGE GOBLIN: Domingo 12 de Octubre (Sala Copérnico
Madrid)
Un interesante cartel con dos
bandas que no se han prodigado demasiado por Madrid es lo que teníamos
preparado este domingo en Copérnico. En
el goteo constante de gente que entraba al concierto, y que poco a poco
conformó una buena entrada, las pintas del público ya daban pistas de lo
heterogéneo de los asistentes a la actuación de SAINT VITUS y ORANGE GOBLIN. Se
podía ver desde el típico Heavy con elásticos y balas a rockeros con toques Psychobilly ¿Y la ropa? Pues desde los pantalones anchos con cadena de cartera
de motero a estética Grunge y o Hippie… ¡casi nada!
Sin demorarse demasiado desde la
apertura de puertas saltaban al escenario ORANGE GOBLIN. Entre el equipo de la
banda, si estabas en las primeras filas, seguro que captó tu atención la
pedalera del guitarra Joe Hoare, y es que desde la partida en 2004 de Duncan
Gibbs (el otro hacha del grupo) el característico muro de sonido de guitarras
del estilo Doom/Stoner que practican hay que rellenarlo con la máxima
distorsión posible y para eso hace falta de tirar de pedales.
El caso es que después de la
presentación del frontman y cantante
Ben Ward, (“Somos ORANGE GOBLIN de
Londres”) la banda arranca con “Scorpionica” de aquel lejano “The Big
Black” y con el que muestran ya todas sus cartas demostrando que el Doom o el
Stoner pueden ser géneros con estribillos pegadizos y cañeros, porque no sólo
de lentitud y pesadez en el sonido vive el estilo. “The Filthy and the Few” de
“An Eulogy for the Damned” y “Sabbath Hex” de “Back from the Abbys”, su último
trabajo hasta la fecha, ayudaron a arrastrar a la gente al universo de ORANGE
GOBLIN, a ese ambiente entre Lovecraftiano
y de tebeo de Marvel de los 80, que además de en la música se ve reflejado en
las portadas de sus discos.
SAINT VITUS+ORANGE GOBLIN (Copérnico, Madrid, 12 de octubre) on PhotoPeach
Sorprendentemente el primer
momento álgido de la noche llegó con un tema nuevo: “Heavy lies the crown”, con
un sentimiento épico por encima de la media y que terminó con toda la sala
entonando eso de “To Valhalla, Field of
Thunder, Halls of Power, Torn Asunder”. De “Some You Win, Some You Loose” a
“Saruman’s Wish” del primer disco y otra vez de vuelta a su último trabajo con
“Into the arms of Morpheus” y “Devil’s
Whip”(Inspirada sin complejos en MOTORHEAD, de los cuáles Ben Ward lucía camiseta). Esos viajes sólo te
los puedes permitir si tienes una discografía sólida y desde luego que queda
patente que ese es el caso de ORANGE GOBLIN contando además con un puñado de
músicos más que competentes, especialmente el bajista Martyn Millard, qué
velocidad tocando ¡Y sin púa!
“They come Back”, “The Fog” y ya
estábamos en la recta final del concierto para la cual escogieron repartir caña
con “Quincy the Pigboy” y cerrar con “Red Tie Rising” acompañados de palmas y Headbangin’ de toda la sala. Comentaron
que era su primer bolo en un club en Madrid, y hay que decir que después de
haber visto al grupo en festivales en el extranjero ganan mucho en las
distancias cortas haciendo muy breves los cuarenta minutos de los que dispusieron.
No se lo habían puesto fácil
ORANGE GOBLIN a SAINT VITUS, pero no se adquiere el nivel de leyendas así como
así, y los de Dave Chandler (veterano guitarra y principal compositor) acabarían
demostrando que su lugar en el cuadro de honor de discípulos de los SABBATH
originales junto con PENTAGRAM, TROUBLE, etc, es más que merecido. Después de
un primer concierto en Madrid hace unos años empañado por el mal sonido, SAINT
VITUS venían a resarcirse, y qué mejor marco para ello que la gira del 35
aniversario de la banda en la que se anunciaba que iban a tocar su trabajo más
conocido, “Born Too Late”, íntegro.
Los músicos salieron andando con
calma, enchufaron sus instrumentos y arrancaron con “Living Backwards” y “I
Bleed Black” de “V”. La imagen del grupo con esas largas melenas canosas, los
tatuajes, etc, es arrolladora y no precisa de ningún artificio más que su
propia presencia sobre las tablas para captar la atención de los presentes y
centrarla en la banda y en la música. Después de recordarnos de palabra Dave
Chandler, no sin cierta chulería, que también tienen discos recientes interpretaron
“Blessed Night” de “Lillie: F-65” y “Let them Fall” del mismo disco.
El peso en escena lo llevan Scott
Weinrich, “Wino”(apodo que podríamos traducir como alcohólico) para los amigos, y Dave Chandler que no necesita
separarse mucho de su esquina del escenario para llenarlo por completo con sus
exageradas poses adoptadas mientras toca la guitarra bastante bien y canturrea
cada frase de la canción que está interpretando. Esto contrasta con la seriedad
de Wino apoyado en el pie de micro, pose que abandona en ocasiones para
dirigirse al batería Henry Vasquez y bromear con él llegando a pegarle un moco
en el “Crash” de la batería, eso cuando no se abraza a alguno de los timbales.
La cosa empezó a ponerse seria
con “White Stallions”, primer clásico rotundo de la noche correspondido con
mucho movimiento en las primeras filas, que permitió lucirse al doble pedal a Henry
Vasquez compañero de Wino en su proyecto alternativo SPIRIT CARAVAN y también a
Mark Adams al bajo en las partes rápidas, único miembro original de los tiempos
en los que SAINT VITUS se hacían llamar TYRANT junto con Dave Chandler. Ya no
dejaríamos de ahondar en el pasado porque “The Troll” de “Mournful Cries” daría
paso al plato fuerte de la noche, la interpretación de “Born too Late”
completo.
Con buen criterio, para no matar
la sorpresa, no siguieron el orden del disco tema a tema empezando por “Lost
Feeling”, para luego entre risas presentar “El
tema especial para bailes”: “H.A.A.G.” y la alcohólica “Dying inside”. Basada
en una historia real según Wino, presumiblemente la suya, añado yo. Siguieron
con “Clear Windowpane”, no sin que antes Wino nos pregunte si hay alguien que
vaya puesto de ácido en la sala ( Is
anybody trippin’ tonight?). Al recibir como contestación una ovación algo
desorientada, pregunta "¿De verdad?
¿Verdadero LSD?" Ni falta, la letra del tema es suficientemente
evocadora de la situación y Wino sonríe cómplice con cara de que no le queda
nada claro si vamos hasta las cejas de química o nadie se entera de nada de lo
que dice.
SAINT VITUS+ORANGE GOBLIN (Copérnico, Madrid, 12 de octubre) on PhotoPeach
No iba a ser el cantante el único
que bromeara con el público. Chandler entregó una púa a una chica de primera
fila que se la pedía con insistencia, pero en vez de hacerlo en mano, se la metió
por el escote. Todavía le sobró tiempo para dar una lección magistral de Wha Wha, tal y como previamente había deslumbrado
haciendo un tapping (sencillo, la
verdad sea dicha) con la mano izquierda por encima del mástil. La última en
sonar es el primer tema del disco y el que le da nombre, “Born too Late”,
dedicada a todos los que allí estamos y seguramente la más coreada y celebrada
de la noche con Chandler pasando la guitarra por las cabezas de las primeras
filas y después haciendo sonar ésta con los dientes a lo Hendrix. Si SAINT
VITUS tiene un “single” en el sentido más convencional del término es “Born Too
Late”.
Con el ambiente en todo lo alto
la banda se retira y hace un rácano bis interpretando sólo “Saint Vitus”, que,
aunque no estaba prevista en el set, fue tan sorpresa como que AC/DC toquen
“Highway to Hell”. Ahí si lo dejan y abandonan el escenario anunciando que
saldrían a firmar y a hacerse fotos en unos minutos.
Total de tiempo: hora y diez. Un
buen concierto, intenso, pero muy corto para una gira tan especial. Qué menos
que haber incluido por ejemplo algún tema del EP “Thirsty and Miserable” que se
añadió como bonus a la primera reedición en CD del 87, ya fuera al menos la versión
de BLACK FLAG, “Thirsty and Miserable”, o “Look behind you” o, ya puestos y
viendo la buena reacción ante “White Stallions”, algo más de “Hallow’s Victim”
como “War Is Our Destiny”, por ejemplo.
Por lo bien que lo estaban
haciendo, el concierto de SAINT VITUS tenía potencial para haber sido uno de
los más destacados del año como el de PENTAGRAM en 2013, y sin embargo se quedó
en uno más, de los buenos, pero uno más.
Texto: Pablo Mayoral
Fotos: Javier Gil
Etiquetas: Concierto, Crónica, orange goblin, Saint Vitus
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