Crítica. Ritchie Kotzen. Return of the modern head´s, family reunion
Después de su anterior “Into the black”, fantástico trabajo aunque algo más duro y actual de lo que nos tenía acostumbrados hasta ahora, vuelve a dar otra vuelta de tuerca a su estilo y carrera con este nuevo álbum (con distinto título, “Go faster”, y portada en la edición americana, por cierto), y a mirar más atrás que nunca con un disco totalmente basado en sus raíces de rock setentero y pinceladas de blues, música negra e incluso soul. Eso sí, no estamos ante el mismo caso de los últimos trabajos de GLENN HUGHES sino que esto es puro rock n´roll guitarrero, hard rock primigenio y un disco realmente sorprendente que primero te pica, después te engancha y finalmente no te deja escapar. Magistral la interpretación de todos los músicos pero es obvio destacar la guitarra, muy básica y cruda en este caso (aunque muy personal y con un gusto y encanto supremo), y la genial voz de Ritchie, “saliéndose” en todos los cortes. Quizás me recuerda al estilo de los discos y temas más guitarreros de LENNY KRAVITZ, aunque reitero que esto se mueve al 100% en terreno del hard rock y las concesiones a la comercialidad y estilos más suaves son mínimas. Desde los temas más movidos como la “hendrixiana” “Go faster”, un temazo guitarrero y “stoniano” como “Do it to yourself” o el punto funkie de “Feed my head”, hasta las más suaves “Faith” (una de las que más me recuerdan a Kravitz, incluso a su “Stand by my woman” por momentos) o el medio tiempo cargado de feeling “Drift” (bonus track para la edición europea), un señor discazo que va a sorprender tanto a los que recuerden a Kotzen como el joven guitarrista descarado (se comenta que le echaron de la banda por tener más que palabras cariñosas con la novia del batería Rikki Rockett) y de raíces blueseras de los últimos tiempos de POISON (antes de la reunión, claro) o MR. BIG, y a los que han seguido su variada e interesante carrera en solitario. Para el final dejo la alabanza suprema para el mejor tema del disco y uno de los mejores que he oído nunca: “Fooled again”, una joya atemporal de 8 minutos que todo amante del rock debería escuchar y admirar una y otra vez. Siempre se dice que menos es más y Ritchie ha conseguido en su último trabajo darle más sentido que nunca al refrán. Magistral disco. (David Esquitino)
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