Crítica. Great White. Back to the rythm
Aunque el disco salió hace ya varios meses, me apetece recuperar la crítica del mismo ahora que llega por fin la banda en directo, tras sus polémicos últimos años (comenzando por el playback en Madrid hace algunos años, pasando por las adicciones de su líder Jack Russel, y terminando con el tristemente famoso incendio en una discoteca de Long Island donde tocaban y que murieron más de 100 personas, entre ellos su guitarrista Ty Longley). Pues bien, afortunadamente, se han rehecho, resurgido de sus cenizas y, de la mano de la formación original (capitaneada por el guitarrista Mark Kendall, además del citado Russel) vuelven a la actividad de un gran disco de blues/hard rock, con la elegancia y clase que siempre les caracterizo. Todo ello en una concepción más sencilla y relajada, poniendo de relevancia más que nunca sus raíces “zeppelianas/stonianas” y ofreciéndonos un fantástico ejemplo más del tópico “los viejos y buenos roqueros nunca mueren”. Sonido excelente, temas exquisitos, una interpretación de lujo de todos los músicos (con premio especial para las guitarras de vieja escuela y gusto supremo de Kendall), y la única pega de una portada bastante por debajo para mí del nivel que tiene el resto del disco. Desde el punto roquero del inicio con la propia “Back to the rythm”, tremendamente pegadiza, vamos navegando entre temas más suaves como “How far is heaven” o la fantástica “Here goes my head again”, y otros más movidos como “Was it the night?” o la stoniana “30 days in the hole”, además del punto final acústico con la preciosa “Just yesterday”, un lujazo de disco de retorno de una de las mejores y más injustamente valoradas (polémicas aparte) bandas de hard rock norteamericano de finales de los 80. (David Esquitino)
---------------------------------------------
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home