Crítica. Pure INC. Parasites and Worms
El último disco de PURE INC impacta desde el primer contacto., con una portada llena de gusanos que nos hace pensar si estos chicos suecos se han pasado al Gore-Death más brutal, pero no, la cosa se queda en la portada al respecto… Ya en su tercer disco, PURE INC siguen fieles a la esencia de sonido que les ha hecho labrarse un gran prestigio en la escena internacional: riffs pesados, atresillados y una producción potente, definida y poderosa, lo que hace trascender el estilo de este grupo a algo más que Rock duro bien hecho. Comenzando entre Zeppelin y Black label Society, o incluso Molly Hatchet, hay mucha mala hostia y gusto por coquetear con las nuevas tendencias en todos y cada uno de los temas, sin olvidar esa base zeppeliana y sus orígenes de rock clásico.
“The end” y “Evenmore”, primer y segundo corte de este trabajo, son la perfecta carta de presentación de la propuesta actual de PURE INC. Medios tiempos pesados, riffs asesinos, bases rítmicas sincopadas, y puro “Hard Rock extremo” si se me permite la expresión, todo aderezado con la magistral voz de Gianni Pontillo, rota y poderosa, como siempre. “Carrie’s alone” relaja las revoluciones y nos deja ver a unos PURE INC más sensibles, maestros en hacer temas lentos que llegan hasta la médula por su belleza musical y el halo que desprenden este tipo de temas, amargo y nostálgico. Poderosa balada al más puro estilo americano. “Drowning in your blood” y “Darkened Glow” siguen trazando el camino de este “Parasites and Worms”. Son temas más abiertos y clásicos que los primeros cortes del disco, y que gustarán a los que disfrutan paladeando el Hard Rock más clásico a lo GUN. Después, “Home” y “Raise Hell” vuelven a coquetear con síncopas más modernas y rabiosas, equilibrando así el anterior despliegue de accesiblidad musical. Por cierto, atención al estribillo de “Raise Hell”, portentoso. “Dead Calling” vuelve a servir de elixir para las heridas. Otro baladón, quizás algo predecible, pero de buena factura. Además, cumple su función balsámica: recuperarnos de los dos “balazos” anteriores. Ya en el final, “Won’t get back” y “The Last Remaining Song” cierran este magnifico disco, agridulce, poderoso y que merece llevar al grupo a donde se merece en la escena musical. (Javier Paredes)
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