Crítica. Slayer. World painted blood
Nuevamente tenemos ante nosotros un trabajo lleno de mala leche de estos maestros del thrash, obviamente una de las bandas más importantes e influyentes de la historia del metal. Nos encontramos ante un disco que no es novedoso ni especial, y lo digo básicamente porque es lo mismo que llevan haciendo durante todos estos años en el sentido de que es claramente la continuación perfecta de discos como “God Hates Us All” o “Christ Illusion”. De hecho, canciones como la que da título al disco o “Public Display Of Dismemberment” son el mejor ejemplo de que siguen como siempre: temas salvajes, rápidos y sobre todo destilando muy mala leche. De todas formas, creo que han conseguido levantar el pistón de calidad y de toque clásico comparado con sus predecesores de sus últimos años en temas como “Psycopathy red”, “Snuff” o “Hate worldwide”. Sin embargo, una vez han cumplido con la fórmula, deciden también demostrar algo diferente a partir de su séptimo corte, cuando los norteamericanos se desmarcan de ataduras y empiezan a buscar nuevas vías de escape con canciones también buenas como “Human Strain” o “Playing With Dolls”, que es para mí lo mejor del disco sin duda. De hecho, en mi opinión deberían centrarse en hacer este tipo de canciones, no en el sentido de “innovar” sino más bien de no hacer siempre lo mismo, porque a más de uno le cansará o le resultará muy repetitivo. Ahora, también habrá por supuesto muchos de sus fans que quieren seguir escuchando la apisonadora sónica y la picadora habitual 100% marca de la casa, King/Araya & Co.
A nivel de sonido y estilo, hay que destacar que Rick Rubin ha vuelto a hacer un buen trabajo con ellos, manteniendo muy bien el equilibrio entre su sonido clásico y ese toque algo más actual “necesario” en estos tiempos. Musical e instrumentalmente el disco es un cañón, y es que la banda está en muy buena forma, y de las letras con decir que son totalmente SLAYER debería ser suficiente para saber de qué estamos hablando, aunque voy más allá y la verdad es que esta vez Kerry King ha hecho un gran trabajo al respecto, sin parar de escupir maldad y agresividad pero con una rotundidad y rebeldía innata contra cualquier aspecto políticamente correcto que asusta. De todas formas, aunque a pesar de todo siguen en la cresta de la ola, como se suele decir, seguirán tocando y criticando como sólo ellos saben. Nunca se aburren y sus fans tampoco, y mientras no bajen el nivel de sus directos nadie les dirá nada porque hace muchos años que se ganaron este derecho. A estas alturas decir que es su mejor disco obviamente es una exageración, pero por otro lado no está de más afirmar que estamos posiblemente ante el mejor y más puro trabajo de SLAYER de sus últimos años.
Texto: Alex Encabo y David Esquitino
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