Crítica. Saurom. Once romances desde Al-Andalus

SAUROM: “Once romances desde Al-Andalus” (Zaluster/Avispa):

Los gaditanos siempre se han caracterizado por currarse muchísimo sus lanzamientos y ofrecer productos con un trabajo, clase y calidad detrás innegable. Otra cosa son los gustos y que su particular propuesta funcione mejor o peor, pero nadie puede negar su tesón, originalidad y calidad además creciente disco a disco. Aquí tenemos el que ya es su quinto trabajo, en una propuesta en este caso centrado en historias, leyendas y “poemas” relacionados con su tierra, Andalucía, y dejando ya muy atrás el “sambenito” de banda fiestera y/o “anillera” para ofrecer un disco muy trabajado, con un concepto muy interesante detrás y una calidad exquisita como siempre han tratado de hacer los gaditanos. Musicalmente me llama la atención que han endurecido mucho su propuesta (algo que ya se notó en su anterior trabajo y que sobre todo es fácil apreciar en sus directos), con mucho más protagonismo de las guitarras y ya digo que un rollo general menos “fiestero”. Como siempre, Narci se encarga del concepto general del disco (elegante, oscuro, fascinante y muy romántico), con unas letras muy trabajadas y un concepto musical realmente variado pese a todo, donde vamos navegando entre el heavy metal, rock más general, pinceladas de música medieval, y esos toques propios, personales y diferentes, de unos juglares y trovadores como siempre han presumido ser SAUROM. En este caso tenemos que destacar también una portada y diseño realmente excelente, impresionante a todas luces, que hacen de la presentación algo perfecto que hace que merezca la pena comprar el disco, os lo aseguro (y la portada en grande y en vinilo ya sería increíble). De todos modos, mentiría si no digo que no es un trabajo de fácil escucha, que cuesta meterse en ciertos temas y es que no tan sencillo y agradable de escuchar como podían ser “Legado de juglares” o “Juglar metal”, sino que requiere de saborearlo pausadamente, ir captando matices y descubriendo nuevos colores y sonidos en cada escucha. Hay temas más inmediatos y con un feeling fantástico como las más cañeras “El laberinto de los secretos” o “Más allá de la tierra prometida”, muy buenas melodías y guitarras en “Reina de la oscuridad” o el punto casi HÉROES DEL SILENCIO de “Romance de la luna, luna” (relajada pero con mucha magia), además de canciones más pegadizas y con cierto sabor a los SAUROM de otros discos como la propia “Wallada la Omeya” o la preciosa “Lejos del mar de rosas” y “Zulema” (un medio tiempo muy guapo), pero después sigue habiendo temas que me entran peor como “Un castillo de versos nostálgicos”, “En el abismo” o la extensa “El monte las ánimas” (con partes geniales pero otras que no les termino de pillar el punto). En definitiva, un trabajo arriesgado, complicado y que requiere de mucha más atención que los cuatro anteriores (incluso algunos dirás que faltan temas más directos e inmediatos que sí hay en sus anteriores trabajos como puedan ser “Las minas de Moria”, “Dioses eternos”, “Sandra” o “La musa y el espíritu”. Ahora, siguen subiendo peldaños y demostrando que son una de las bandas más importantes, originales y personales que tenemos en este país. (David Esquitino)