Crítica del nuevo disco de ALLEN/LANDE, "The great divide"
ALLEN/LANDE: "The great divide" (Frontiers)
De
la unión de grandes talentos suelen salir grandes resultados, y más cuando se
trata de perros viejos del negocio, gente muy experimentada y además de un
proyecto que, aunque sea mayormente de estudio y no una banda al uso (hasta que
se demuestre lo contrario), ya está probado, comprobado, revisado y rodado. Hay
que decir que este proyecto surgió en 2005 al auspicio una vez más de
Frontiers, especialistas en hard rock por un lado pero también de también de
juntar a tremendos músicos al servicio de excelentes compositores, como ocurre
en este caso. Y como su propio nombre indica, aquí el experimento era mezclar a
dos de las grandes voces del hard rock (más heavy/rock y clásico quizás en el
caso de Jorn Lande, y más progresivo/melódico en el punto de Russel Allen) y
ponerlos a cantar las fantásticas composiciones inicialmente de Magnuss
Karlsson, uno de los nuevos "niños" prodigio del negocio (ya no tan
nuevo ni tan niño, todo sea dicho, y además segundo guitarrista de PRIMAL FEAR
en los últimos tiempos).
Pues
bien, el primer disco, glorioso, se llamó "The battle" y el segundo,
ya en 2007, "The revenge" bajó un peldaño pero mantenía el nivel sin
duda, dándole además un matiz más heavy y potente que el corte más melódico del
debut. Algo a medio camino entre ambos se quedaba "The showdown", de
2010, y ahora se retoma el punto más potente 4 años después, que se dice
pronto. Pues bien, en este caso es curiosamente Timo Tolkki, ex "mastermind" de STRATOVARIUS entre
otros (además de sus proyectos, óperas-rock y demás de los últimos tiempos,
algunos/as muy interesantes, como la primera parte de AVALON o
REVOLUTION/RENAISSANCE) el que está detrás de la composición principal y de la
producción de esta tardía cuarta parte y me quito el sombrero ante su trabajo.
Que sí, que el hombre ha pasado etapas malas, que es un tanto bipolar, que
seguramente no ande demasiado bien de lo suyo, y que arrastra el estigma de
STRATOVARIUS (para bien y para mal) allá por donde vaya, pero el tío es un
genio y en proyectos como éste se pone de manifiesto que de acabado nada. Y por
terminar de redondear el excelente paquete musical y sonoro, el gran Dennis
Ward (PINK CREAM 69, UNISONIC, SINNER, KROKUS...) está detrás de las mezclas
finales, asegurando que el resultado cruje, acaricia, engancha y, en definitiva
y fuera de palabrería barata, es perfecto en este sentido.
Por
si alguien lo duda, la personalidad de la banda (si me permitís llamarles así
aunque no sea el caso), se mantiene al 100%, mandando como es lógico las voces
de los dos tremendos vocalistas que dan nombre y sentido a todo esto. Pero me
encanta el matiz más heavy, más duro y a su vez más actual que tiene el álbum,
en contraposición total con su naturaleza clásica de hard rock de toda la vida,
con esas influencias de RAINBOW, DIO, MALMSTEEN, THIN LIZZY y demás que aparecen a raudales
en los temas. E incluso SAVATAGE, remarcadísimas en el single como luego comento. Pero es que
además se mantiene esa vena melódica, el preciosismo musical que adquiere
máxima expresión adornado por las voces brutales de los protagonistas (cada uno
con su matiz personal, como es lógico y enriquecedor), y las lascas de rock/metal progresivo, que no mandan pero están. Y la calidad en este
caso vuelve a ser como en el primer disco: excepcional.

Por
cierto, aparta de cambiar a Karlsson por Tolkki ahora, para esta cuarta entrega
del proyecto también han cambiado de portadista, aunque el resultado sigue
siendo excelente y sin perder en absoluto la personalidad y estilo de
ALLEN/LANDE que marcó el grandioso Rodney Matthews (MAGNUM, NAZARETH, TYGERS OF
PANG TANG, ASIA...) en las tres primeras entregas. Se han decantado esta vez por
el francés Stan Decker (otro de los nuevos artistas gráficos en boga del
negocio, y que ha llegado a trabajar ya con gente tan grande como STRATOVARIUS,
el propio Tolkki en su proyecto AVALON, STRYPER o los propios IRON MAIDEN en
algún cartel puntual incluso). Y es que, aunque a día de hoy no se vendan
discos, la gente tenga cientos y miles de archivos almacenados en sus
ordenadores en MP3 y demás, una buena portada y un gran trabajo gráfico sigue
siendo la perfecta carta de presentación y desde aquí yo siempre defenderé y
destacaré el buen trabajo de este tipo.
No
he hablado aún de los dos protagonistas y de su descomunal participación en el
disco. Y es que hace mucho que se demostró que la química entre Allen (SYMPHONY
X o ADRENALINE MOB) y Lande (JORN, MASTERPLAN y demás) es increíble. Son dos
vocalistas brutales pero es que curiosamente sus voces se enfrentan o empastan
según el tema de maravilla, "usando" tal vez a Jorn para las partes
más agresivas y con más profundidad y sentimiento, y a Allen para el punto más
melódico, técnico incluso y académico tal vez, aunque no adolece de fuerza y feeling, está claro. Personalmente
siempre he preferido a Lande, un cantante alucinante y con una voz única (de
escuela del maestro, está claro, pero siempre personal y sabiendo que es él),
pero en ALLEN/LANDE es difícil elegir porque las voces son totalmente
complementarias, perfectas una u otra según el momento y de un nivel exquisito
en todas las canciones. Para muestra un botón, y es que mientras escribo este
párrafo suena la balada "Bittersuite" de fondo, que es la que cierra
el disco (y con una letra precisamente amarga pero muy atractiva) y que es uno de esos ejemplos perfectos de esto que comento porque ¿a
quién quieres más, a papá o a mamá?, ¿es mejor DEEP PURPLE o RAINBOW?, ¿es
mejor Yngwie o Blackmoore?... En fin, que el dueto es perfecto y punto.
Vamos
con las canciones, diciendo claro de antemano que el disco es de 9,5 sin duda,
y luego ya va en gustos elegir temas preferidos. Por ejemplo el comienzo con la
melodía de "Come dreams with me" es una maravilla, pero de repente
entran como una apisonadora cortes como "Down for the mountain",
superheavy, o "Dream about tomorrow", algo más melódica pero muy
potente y se te caen los huevos al suelo. Por otro lado, hay cortes más elaborados,
con deje progresivo incluso, de los que te atrapan y te van devorando poco a
poco, como "The hymm to the fallen", más hardroquera tal vez, o la
propia "The great divide", más larga y a medio tiempo pero que es una
lucha vocal y un derroche de sentimientos de los de agárrate y no te menees, si me permitís la broma. Finalmente, es
imposible no acordarse totalmente del "Edge of thorns" de SAVATAGE
escuchando el single "Lady of
winter", que el comienzo de teclado y riff base, además de la propia estructura
de la canción, es clavada, pero es que es un temazo del primer acorde al
último, de esas canciones con magia y chispa especial, algo único que se te
mete en la cabeza y no se va aunque lo intentes. Si aún siguen existiendo los
hits en nuestra música, esta canción lo es sin duda.
En
definitiva, una maravilla y uno de los discos que, como los periodistas somos
mucho de poner este tipo de etiquetas, lo catalogo ya como uno de los trabajos
del año (y posiblemente de los últimos tiempos, al menos del estilo). Tal vez
sea el momento ya de poner en marcha la maquinaria del proyecto para hacer
algunos conciertos en directo, ¿no? Sería un lujazo y un placer verlo, y de la
mano de una tripleta formada por Lande, Allen y Tolkki no me parece para nada
descabellado. Descomunal obra de arte, y punto final.
Texto: David Esquitino
(david.esquitino@redhardnheavy.com)
Etiquetas: Allen/lande, crítica, Disco
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